Valiente San Valentín

La idea romántica que tenemos del día de San Valentín es una idea equivocada. Esa idea de estar siempre juntos, que el mundo entero gira alrededor de nuestra pareja y que esta dejaría todo por nosotros. Que el amor para que sea real tiene que doler y donde el hombre toma el rol activo mientras la mujer toma el rol pasivo a la espera de un ramo de flores, un obsequio, o una cena en su lugar favorito, simplemente por hacer honor a una fecha concreta. Estas formas de amar son algo tóxicas y nos limitan experiencias con otras personas.
Cada vez son más los que piensan que San Valentín es una fecha comercial. Fecha que ellas desean que llegue con cara de pánfilas. Un mes remarcando los días en el calendario de la cocina con el dibujo de un corazón. Disfrazando la realidad y guisando esperanzas.
Muchos hombres odian San Valentín y lo que este día supone: salir a cenar, buscar el regalo perfecto que no lo será, besar más de lo habitual a su pareja y hacer el amor hasta que salga el sol. Les encantan esas actividades, pero de forma espontánea y no obligado porque lo dictan los comercios.
Muchas mujeres planean hasta el último detalle del catorce de febrero como niñas con juguetes nuevos, dotándolos de voz y movimientos. Como habían visto hacer a sus madres. Ellas les habían transmitido la ilusión por las pequeñas cosas.
En San Valentín, ellos buscan refugio en sus casas del pueblo o la playa. Aislados del mundo exterior, de estímulos que les recordasen las soledades forzadas con las que convivían.
A veces, sin planearlo, en la señalada fecha una mujer puede huir metiendo en una maleta la ropa imprescindible, abandonando la cárcel en la que vive e ir a parar a un pequeño pueblo aislado del mundo.
Un hombre, puede desayunar en una terraza, con vistas a un valle que quita la respiración. Con tan solo la visita de un par de ardillas y más pájaros de los que puede contar como única compañía. Seres humanos, cero. Hasta un San Valentín.
Ella recogerá flores en el valle, rodeada de árboles, ardillas y aves. Seres humanos, cero. Hasta un día señalado en el que verá a lo lejos una figura masculina sentada a una mesa.
Él sonreirá, aunque sospechará que ella no verá su sonrisa desde la distancia.
Ella sonreirá sin esperanza de que le llegará el mensaje.
Él dejará el desayuno a medias y se encaminará hacia la desconocida.
Ella detendrá la recolección de flores y anudará en un ramo las que ya tenía. —Para ti— le dirá cuando se acercase lo suficiente. —¡Feliz San Valentín!
Sus ojos se encontrarán por primera vez. El tiempo se detendrá, las estrellas y el sol surgirán al mismo tiempo, sus corazones latirán al unísono, pasado, futuro y presente se fusionarán en un solo segundo. Compartirán un beso interminable, eterno, infinito. Todo, antes siquiera del primer “hola”. Y se abrazarán adelantándose al futuro, como si ya llevaran toda la vida juntos.
Tanto él como ella se habrán dado la oportunidad de salir de lo establecido dando un rumbo nuevo a sus vidas.
Desde Alcanda Matchmaking en el día de San Valentín del recién estrenado 2022 te ofrecemos la ocasión de salir de la zona de confort, mientras permanezcas en ella no serás feliz, no te sentirás pleno. Al contrario, te sentirás temeroso, incapaz, retraído y enjaulado.
Salir de la zona de confort no implica abandonar lo que te hace feliz para ir en busca de lo novedoso. Al contrario, implica abandonar lo conocido para buscar lo que realmente anhelas.
¡FELIZ MES DEL AMOR! ❤️
ESCRITO POR ALCANDA MATCHMAKING PARA LEER Y COMPARTIR
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