Todos los hombres son iguales
Ésta es la conclusión a la que llega David de Ugarte en su libro “Microeconomía del Amor” cuando las mujeres intentan “seleccionar” un hombre en función de su objetivo (pareja estable o “divertimento”).
El texto es un interesante análisis sobre los dilemas del amor con respecto a la economía, y cómo ésta puede ser aplicable también en el ámbito del amor y de la pareja.
Según él, las mujeres de la actualidad solo tienen dos opciones, «chicos serios» y «Don Juanes» pero, sabiendo que hay dos veces más Don Juanes que chicos serios, ponderan lo que están dispuestas a implicarse en cada caso por la probabilidad de que sea una cosa u otra.
Cuando nos acercamos a los demás, cuando nos presentamos a alguien que nos gusta, seleccionamos rápidamente aquella información que queremos dar de nosotros mismos. Evitamos “meter la pata”, entrar en conversaciones incómodas o tocar temas que probablemente lleven a una discusión agria. A veces, por no decir siempre, ocultamos nuestros propios objetivos de cortejo hasta el punto de no dejar al otro/a ver más que la explicación de un “surgió”.
Ahora imaginemos un grupo de chicas cuyo objetivo sea encontrar una pareja estable con cierto compromiso emocional “chicos serios” aunque por supuesto no menosprecien relaciones fugaces sin mayores complicaciones (compromiso).. relaciones en las que, por supuesto, “darían” menos, emocionalmente hablando.
Por otro lado tenemos a los chicos, ellos se dividen en dos grupos: uno mayoritario (2/3 del total) que no está interesado en relaciones “serias”, y uno minoritario (1/3) que por el contrario busca algo más estable. Está claro que cualquiera (chico o chica) que busca una relación más profunda “pide” más.
Por otro lado, a todos nos gusta recibir más y además es más probable terminar con éxito un cortejo si mostramos un interés amoroso que uno meramente sexual… Por otro lado, el “lado comprador” no tiene por qué saber que mentimos hasta que ya es demasiado tarde… Claro que el “lado comprador” (las chicas en este caso) también sabe que es posible, por no decir muy probable, que intenten darles “gato por liebre”.
Imaginemos que podemos establecer un índice para el grado de compromiso, algo equivalente a un precio, que señale cuanto esperamos recibir y cuanto esperamos dar a una eventual pareja.
En nuestro modelo, la función del cortejo sería precisamente comunicar al otro lado nuestros precios y con ello nuestras intenciones, aunque sobre éstas siempre quepa una duda: podríamos estar mostrándonos como “chicos serios” sólo para obtener más del otro lado en poco tiempo.
Don Juanes | Chicos serios | |
Chicas | 2.000 | 3.000 |
Chicos | 1.000 | 2.500 |
Las columnas muestran el grado de implicación al que están dispuestos a llegar unos y otros. Así, un Don Juan estaría dispuesto a tener una relación (de cualquier tipo) recibiendo 1.000 y una chica como máximo se implicaría 2.000 con él. Un chico serio en cambio estaría dispuesto a tener una relación estable si recibe un mínimo de 2.500 mientras que las chicas estarían dispuestas a poner hasta 3.000 para entablar una relación con este tipo de chicos.
Por tanto si una chica recibe requiebros de un chico que le pide entre 1.000 y 2.500 puntos de nuestro índice de implicación emocional, dará por hecho que se trata de un Don Juan pues, con tan pocos requerimientos no puede ser de otra manera.
Sin embargo, por encima de 2.500 tenemos el verdadero problema: el chico en cuestión puede ser un verdadero “chico serio” o un Don Juan que esté tratando de engañarle…
Así que la chica, sabiendo que hay dos veces más Don Juanes que chicos serios, pondera lo que está dispuesta a implicarse en cada caso por la probabilidad de que sea una cosa y otra. De este modo, aplicando una simple fórmula matemática, obtenemos el siguiente valor para los Chicos:
1/3 (3.000) + 2/3 (2.000)= 2.333,333
En una palabra: si se encuentra con un Don Juan disfrazado, este estaría encantado, se saca un extra y una auténtica fan… pero si se trataba de verdad de un “chico serio” a nuestra buena amiga le da miedo y hace una oferta por debajo de lo que el “chico serio” de entrada entiende por atractivo (2.500).
En términos económicos, podríamos decir además que no existe demanda a precios superiores a 2.000 ya que por un lado, ninguna chica está dispuesta a dar más de 2.333,333 y por otro por debajo de 2.500 la única oferta realmente existente es de Don Juanes, que con 2.000 ya se dan por satisfechos.
Resumiendo: los “chicos serios” están fuera del mercado, cuando encuentran una chica interesada de entrada en algo más, aunque declare (y sinceramente) que estaría dispuesta a implicarse hasta 3.000, a la hora de la verdad, se asusta del patinazo que puede suponer que nuestro héroe incomprendido sea al final un timo y ella sólo ofrece 2.333,333 algo de entrada no muy ilusionante para él.
Los Don Juanes por tanto ocupan todo el mercado obteniendo a veces incluso más de lo que esperaban…
Al final, y según esta teoría, “todos los hombres son iguales” simplemente porque el riesgo producido por la asimetría de la información (los chicos saben realmente sus intenciones mientras las chicas no) expulsa a los “chicos serios” que sólo entrarían en el mercado rebajando sus expectativas y esperando ser valorados tras un periodo de “conocerse”…
¿Será por esto que los buenos chicos tienen menos éxito con las mujeres que los “Don Juanes”?
Bueno, a título personal, creo que esto es más bien aplicable a la pubertad porque, llegada una edad, ninguna mujer busca un Don Juan para compartir su vida porque saben que su relación será un sin vivir y por ello, tarde o temprano, siempre buscará un Chico bueno si lo que realmente desea es una relación estable.
Autor: David Ugarte (Madrid, 1970) es economista y analista de redes sociales. Fue uno de los fundadores del grupo Ciberpunk español y ha trabajado como activista en favor de los Derechos Humanos (Kosovo, 1998). Tras una etapa como consultor y profesor de Economía de las Organizaciones en la Universidad Carlos III de Madrid, fue fundador de la Sociedad de las Indias Electrónicas (www.lasindias.com) donde es analista jefe.
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