¿Qué es realmente el Tantra?
Definir brevemente un concepto tan amplio, complejo, poderoso y bello como el del Tantra es misión imposible LOL, pero espero al menos transmitiros cómo, esa visión sagrada de la vida va infinitamente más allá de unas prácticas sexuales (bellísimas, todo sea dicho) a las cuales lo ha reducido y simplificado la subcultura “New Age“.
La realidad es que, en la Doctrina Tántrica, el sexo/prácticas sexuales apenas representan un 10% . Claro que están presentes y doy fe de su eficacia, de cómo permiten alcanzar orgasmos intensísimos que duran y duran y duran, pero también es cierto que no dejan de ser una reducidísima parte de estas profundas y antiguas enseñanzas yóguicas.
La traducción literal, el sentido primero de la palabra Tantra, es: urdimbre, telar.
Se parte de la base que absolutamente todos estamos unidos en este Universo. Un hilo invisible nos conecta tanto a la estrella polar como a un oso de la Antártida, a una brizna de hierba de Mongolia o a un pescador de las islas Samoa. Todos participamos de la misma esencia.
Llevada hasta sus últimas consecuencias, esta teoría implica que en realidad, todos somos Uno. No existe la menor separación u diferencia. Muchas otras vías espirituales han enunciado dicha unidad, pero lo han hecho estableciendo una oposición entre lo espiritual/material y lo sagrado/profano. Predican una renuncia a lo material para vivir inmerso en lo espiritual, y consideran lo mundano como algo opuesto a lo sagrado.
Y sí, claro que vivimos inmersos en un mundo de opuestos, noche/día, frio/calor, tristeza/alegría y un infinito etcétera. Sin embargo, la genial aportación del Tantra, su insondable grandeza, ha consistido en proclamar dicha unidad no está lo más mínimo reñida con esa dualidad, sin negarla por ello.
Es decir, la doctrina tántrica afirma que no sólo esta dualidad no contradice en lo más mínimo nuestro origen indivisible, sino que resulta una herramienta más para regresar a la “Fuente”.
La idea según la cual lo material (pura ilusión y apariencia, Maya para los Hindúes) nos aleja de lo espiritual, es la que ha impregnado todas las grandes culturas/religiones.
Desde los católicos hasta los vedantinos , pasando por judíos, musulmanes etc., esta teoría ha prevalecido del tal manera que ha logrado penetrar lo que C Jung define como el subconsciente colectivo, hasta parecernos del todo incuestionable.
No sólo nos parece normal que alguien religioso, o sencillamente alguien que se dedique a la búsqueda interior, se aísle del mundanal ruido que sólo le crearía distracciones y lo alejaría de su búsqueda, sino que esas son las personas que respetamos y nos parecen coherentes.
¿Cómo vas a saborear una cena para gourmets antes de irte de copas hasta las mil, y pasarte el día siguiente encerrado en casa meditando? Una de las dos cosas es pura pose y mentira ¿no creéis? Pues no.
Para los Tántricos, si la realidad de este mundo, por superficial e intranscendente que sea, existe, es que tiene su lugar, su razón de ser y su función.
Tenemos a nuestra disposición esa herramienta, al igual que muchas otras, para alcanzar las profundidades de nuestro ser , y/ o del Universo, (que son lo mismo ya que, “as above below”, como es arriba es abajo ley de Correspondencia alquímica y teosófica donde las haya).
En la Cosmogonia Hindu, para evocar el mundo material y el invisible, la Conciencia pura, se habla de Prakriti y Purusha y también de Shiva y Shakti.
Purusha/Shiva es la esencia la concentración, lo masculino, el testigo que observa, lo inmutable. Prakriti /Shakti es la manifestación del mundo en le cual vivimos: la naturaleza, lo cambiante (¡ véase el tiempo ¡) la esencia femenina, la energía, la luz que ilumina el mundo.
En el Tantra, en cambio de repelerse y oponerse mutuamente, ambas fuerzas se perciben como las dos facetas indisociables de una misma realidad.
Shakti danza con Shiva en un lánguido, intenso y eterno abrazo. Sin Shakti, sin su materialización física, Shiva no va a ninguna parte, se queda en pura posibilidad infinita, y sin Shiva, Shakti se desbocaría al no tener centro ni piloto que la guíe.
Son el rio y sus riberas, la potencia arrebatadora del agua y las orillas que la dirigen y contienen…
Los tántricos llegaron a la conclusión de que si todo era divino, ¿por qué diantres no lo iba a ser también este universo en todos sus aspectos, sexo incluido? ¿Por qué aislarse, cortarse de lo que nos rodea, luchar contra esa Energía, Shakti, cuando puede llevarnos a lo infinito, al Uno indivisible?
Y es ahí de donde surgieron las nociones de sexo sagrado, practicado con suma conciencia, que no de forma animal, y por lo general sin la menor intención de reproducirse.
Muchas otras culturas , la griega , la egipcia etc. lo habían hecho con anterioridad a través de la figura de las bailarinas sagradas del templo (entre cuyas tareas se encontraba una práctica sexual ritual), pero fue realmente el Tantra quien sacó dichas prácticas de su contexto ritual sagrado, y proclamó que estaban al alcance de hombres/mujeres laicos también.
Obviamente, como con toda enseñanza esotérica, había que ir pasando por varias fases antes de poder acceder a dicho conocimiento.
Divulgar enseñanzas de este nivel sin la menor discriminación, (a través de internet por ejemplo) y sin que vayan acompañadas de un profundísimo trabajo interior, sólo sirve para reducirlas a un artículo más de consumo desprovisto de toda eficacia y sentido. Como, de hecho, está ocurriendo…
La energía sexual es posiblemente la más poderosa de todas, el origen de la vida en sí, luego los tántricos tuvieron el inmenso acierto de incluirla entre sus prácticas.
No por nada en francés el orgasmo se define como “la petite mort” (la pequeña muerte) pues, durante un orgasmo, perdemos nuestra individualidad, nos fundimos con el Todo, no recordamos ni quien somos en esos instantes de divino placer, no hay mente ni Ego para recordar, solo la perfección del ser que, cual luz se expande al infinito .
Por ello, un orgasmo con plena conciencia de lo que va a ocurrir, que no desde el anhelo del efímero placer , se convierte en una intensa práctica espiritual.
Dicho esto, ser tántrico no implica forzosamente el tener una actividad sexual, ni mucho menos. Existen mil caminos para llegar al mismo lugar. Hablaremos de ellos en posteriores artículos.
Sea cual sea tu camino, te deseo de todo corazón lo encuentres y disfrutes de cada paso, pues son irrepetibles y únicos, y por tanto, valiosísimos.
Hare Aum
Autora invitada: Margaux Zerbato Cano (Yogini Mango)
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