¿Por qué nos cuesta tanto enamorarnos?

Quiero enamorarme pero no puedo… ¿Qué me pasa?

Hace sólo una semana que fue San Valentín y después de estar bombardeada de corazoncitos, rosas rojas, anuncios de perfumes, joyas, parejas empalagosamene enamoradas, etc. y me he preguntado a mí misma «¿por qué con la edad nos cuesta tanto enamorarnos?». Así que decidí llevar a cabo una pequeña investigación, y posterior reflexión, que me ayudase a resolver esta incógnita y que comparto aquí con vosotros por si os sirve de algo. Allá vamos…

Las relaciones amorosas van evolucionando a lo largo de la vida. Las expectativas sobre el amor van cambiando con el paso del tiempo. De la pasión desenfrenada de la juventud, se pasa gradualmente a una dimensión más espiritual en la edad madura. El enamoramiento entre humanos,  mayoritariamente es algo pasajero ya que paulatinamente, se va  dejando espacio al AMOR (sí, con mayúsculas) propiamente dicho, siendo éste el resultado de construir, a base de mucho esfuerzo, las bases de confianza y respeto, un sentimiento que forma la trama esencial de las relaciones humanas. para enamorarnos.

Con el paso de los años encontrar el Amor es cada vez más difícil. Pero no porque haya carencia de expectativas o motivación, sino precisamente porque las expectativas… aumentan. De adolescente te conformaba con compartir los mismos gustos musicales y poco más para comenzar una historia  amorosa. Con los años, en el momento de encontrar pareja, vas sumando cada vez más requisitos: inteligencia, sensibilidad, sentido de humor, etc.

A esto le añadimos que las nuevas generaciones estamos más volcadas en nuestras carreras profesionales  que poco tiempo nos queda para dedicarlo a la búsqueda del Amor. Los sentimientos pasan a un segundo plano. Vivimos en una sociedad materialista, donde  encontramos satisfacción comprando cosas. La felicidad, no sólo la hallamos en el amor de pareja, sino en sustitutivos como las aficiones (deporte, viajes, compras…) y amigos que están en nuestra misma situación, el enamorarnos pasa casi a un segundo plano.

Pero…enamorarnos ha sido siempre uno de los acontecimientos más emocionantes de la vida. El Amor es tan estimulante que algunos enamorados niegan la realidad, cerrando los ojos a cualquier cosa que pueda estropear sus fantasías. Además, el Amor no es una cuestión de edad porque es algo que no se controla, el cuerpo envejece; la mente y el corazón no. La clave en el Amor a ciertas edades es conseguir la estabilidad emocional, tener un cierto equilibrio interno así que, sí, el Amor yo lo busco, lo añoro y lo deseo porque, cuando lo he tenido, lo he cuidado y enriquecido lo mejor que he sabido porque  al final, se supone, que es lo que nos queda y lo que mueve el mundo.

Sin embargo, ahora, procuro no dejar las cosas del Amor en manos exclusivamente del corazón. La intuición y voluntad juegan un papel muy importante a la hora de enamorarme. Debo considerar, desde una perspectiva más racional, las posibilidades que tengo de poder establecer una relación satisfactoria y duradera con una persona en concreto: mi capacidad de amar y la suya, las circunstancias que rodean a esa persona, su familia, sus amigos, situación personal y emocional en ese momento, etc. etc. ¡cuantos requisitos! Pero es que todo esto vendrá a formar parte de mi nuevo mundo de enamorada. Es primordial que tengamos un nivel cultural e intelectual parecido, un estilo de educación similar, aficiones semejantes, cierta imaginación para evitar la rutina y que la relación caiga en el tedio de la monotonía, un buen sentido del humor para desdramatizar muchas situaciones… No basta con amar, sino que hay que saber amar, comprender, ceder en algunas cosas para encontrar la armonía y hacer feliz al otro.

Si buscamos el Amor, o  volver a  enamorarnos y no lo consigues, las causas, a parte de no tener tiempo suficiente que dedicarle a esta ardua labor, pueden ser diversas:  baja autoestima, demasiadas exigencias, imagen idealizada del amor, miedos no resueltos o simplemente que la pareja haya sido un objetivo secundario en mi vida. Por tanto, para conocer a mi “pareja ideal” tendré que salir de mi «zona de confort» y tomar algunas iniciativas.

5 CONSEJOS PARA VOLVER A ENAMORARNOS:

1.- Arriesgarte y asumir que un posible rechazo no es el fin del mundo. Puede que tenga  que pasar por varias experiencias que no prosperarán hasta encontrar a la persona indicada, pero considero que estos desencuentros previos no tienen por qué generarme  emociones de frustración, porque se trata de un ejercicio necesario y saludable que va a influir en mi futuro y que vale la pena tolerar.

2.- Aprender a dar más, a ceder en algo, puesto que debo de estar preparada para cambiar algún aspecto de mi realidad cotidiana en aras de poder sumarme a la de otra persona. No olvidemos no es lo mismo estar (vivir) solo que en pareja.

3.- Bajar mis expectativas. Esto no significa que me tenga que conformar con cualquier cosa pero sí he de ser realista, mirarme a mí misma y saber dónde estoy yo, qué ofrezco y qué puedo esperar a cambio.

4.- Observar las señales y no dejarme la venda en los ojos ignorando si hay o no interés por la otra parte. Esto es algo que a menudo preferimos obviar pero que, tarde o temprano, aflora dejando la realidad al descubierto cuando nosotros ya lo vimos venir desde el inicio.

5.- Moverme por zonas donde puedan verme ya que, dependiendo de los círculos donde me desenvuelva, será más fácil encontrar personas afines a mí.

Por último, y siendo más  innovadora y audaz,  siempre puedo consultar o ponerme en manos de un Matchmaker profesional porque ellos contemplarán minuciosamente de manera confidencial y personalizada, solo aquellos perfiles que encajan con mi carácter, aficiones, criterios estéticos y proyectos de vida ahorrándome mucho tiempo y decepciones.

En definitiva, si escojo con inteligencia, tendré más oportunidades de éxito ya que el Amor es la única ocasión de demostrar que soy libre, porque a pesar de las ayudas que pueda hallar, será siempre mi propia elección.