Navidades en pareja, o no…

1 diciembre, 2019

Natalia y Álvaro se conocieron a principios de verano y desde entonces son casi inseparables. Excepto por los compromisos profesionales de él y algún asunto familiar de ella, a pesar de no vivir juntos, se ven casi a diario. Ahora se acercan las Navidades y se plantean qué van a hacer….

Cuando una pareja decide celebrar las fiestas navideñas juntos, es una forma de reafirmarse. Se abre una puerta más a la intimidad ya que son fechas entrañables donde afloran recuerdos que quizás en otras épocas del año olvidamos. Nos volvemos más nostálgicos y mostramos actitudes que en otras ocasiones tenemos solapadas.

Si ambos optan por pasar las vacaciones en familia, lo ideal es tener una actitud positiva y tener muy presente que Navidad es una vez al año, basta con poner un poco de cada parte para que todo salga bien.

Lo principal es prepararse psicológicamente y anticiparse a cualquier cosa que pudiera pasar. Es sabido que en toda familia siempre hay un miembro que le gusta llevar la voz cantante o sobresalir en algún aspecto. Lo mejor es no dar cuenta y nunca discutir por algo o con alguien que, posiblemente, no se volverá a coincidir hasta el próximo año. Para ello, lo mejor es evitar temas de política, religión, economía o recuerdos de la infancia que traen algún lastre emocional. Hablar de temas intrascendentes como música, lectura o arte son temas debatibles pero sin grandes consecuencias.

Si nuestro objetivo es que nuestra pareja simpatice algo más con la familia, una buena excusa es ayudar a la anfitriona a adornar la mesa y a organizar todos los detalles, ya seas hombre o mujer.

Para una sobremesa o un final de velada, proponer algún juego en el que todos puedan participar es algo realmente positivo a la hora de estrechar lazos y así se evita formar corrillos donde el invitado no sabe muy bien dónde ubicarse.

Pero lo más importante antes de compartir la Navidad juntos, es que no hay que precipitarse, la pareja tiene que ser lo suficientemente sólida. No sería el momento ideal para conocer por primera vez a los suegros ya que se corre el riesgo de sufrir “fisuras” en la relación. Pero una vez se calcule el riesgo, es un momento ideal para que la pareja se afirme y empiece a construir recuerdos en común, que es la base de una relación.

Por otra parte, Sofía puso fin a una relación de dos años hace dos meses. Se siente como René Zellweger en “El diario de Bridget Jones”y ahora se plantea qué hacer en estas fechas…..

Bien por tradición o por convencionalismos, en Navidad hay que tener planes fantásticos y si no es así, nos sentimos fracasados, tristes o seres de otro planeta. ¿Quién ha dicho que un single no pueda tener planes navideños?. La familia sigue siendo una opción, pero si se quiere evitar preguntas incómodas y gestos de compasión, proponemos varias alternativas:

  1. Aprovechar las vacaciones para perderse y salir de viaje. Conocer una nueva ciudad. Ir a ese lugar que siempre se tiene en mente u hospedarse en un hotel con encanto, es una maravillosa forma de alejarse del ambiente festivo.
  2. Si el presupuesto es más ajustado, es una buena ocasión para ver musicales u obras de teatro que ofrece la ciudad. Los espectáculos en esta época son variopintos y con unos horarios bastantes flexibles.
  3. Si de lo que se huye es de la soledad; ofrecer el tiempo libre a alguna obra benéfica: servir comidas en un comedor social, hacer compañía a niños en los hospitales, cuidar a alguna mascota cuyos dueños se hayan ido de viaje…es mejor que estar lamentándose o renegar de estas fechas.
  4. Organizar y ofrecer una pequeña reunión a personas (amigos, vecinos simpáticos, compañeros divertidos…)que estén en la misma situación. Si cada uno aporta algo, comida y/o bebida y se piensa en juegos, seguro que la diversión está asegurada.
  5. Llevarse a casa la comida favorita, ponerse cómodo, apagar teléfonos y preparase para un maratón de series o películas que acumulan polvo durante el año y aprovechar para descansar y desconectar de todo…Es una buena preferencia.
  6. Y, nunca rechazar una invitación a una fiesta. Las nuevas oportunidades es un buen modo de comenzar el año.

Sea como fuere, las Navidades no deben suponer ningún impedimento para que una relación siga funcionando y mucho menos deben ser causa de entristecimiento pues todo depende de la actitud con que afrontemos la festividad ya que el sentido auténtico de la Navidad es tener una celebración espiritual que invite a la renovación interna.

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