Las redes «A-sociales»…

Asocial; dícese de aquel individuo con una fuerte falta de motivación para participar en la interacción social y/o la preferencia por las actividades solitarias. Sin embargo, no hay que confundirlo con el término Antisocial ya que éste implica una aversión activa o antagonismo hacia otras personas, o hacia el orden social en general. Esta inclinación a menudo se confunde con la Misantropía que es una actitud social y psicológica caracterizada por la aversión general hacia el género humano, lo contrario seria la Filantropía que es el amor al ente humano.

El individuo, como integrante de una sociedad, comparte con los demás determinados valores, normas, modelos y símbolos establecidos que facilitan la convivencia. Sin embargo, las llamadas redes “Sociales” hacen que cada vez interactuemos menos en la sociedad real y más en la virtual y para ello creamos un personaje ficticio que hacemos protagonista de ese mundo virtual que nosotros mismos hemos ideado.

Y es que no me deja de sorprenderme ver cómo la gente parece duplicarse en dos diferentes personajes; la persona que realmente es, y la que ha creado para interactuar en su mundo virtual, en las redes sociales.

Lo más triste es que es precisamente es ésta segunda la que deja volar sus fantasías y expone más sus deseos, sueños y anhelos. En su mundo virtual, se muestra sensible, romántico e incluso vulnerable y no teme exponer sus deseos para intentar ser un poco más feliz. Sin embargo, esa misma persona, en su mundo real, se muestra duro, inaccesible, irrompible porque piensa que eso les otorga una imagen de persona exitosa… como si ser así fuera sinónimo de éxito… nada más lejos de la realidad.

Lo que todos llaman redes Sociales yo las llamaría más bien redes Asociales porque nos alejan de la vida real y nos hacen vivir en una realidad virtual que en verdad no existe. Podemos disfrazarnos durante un tiempo ocultando nuestra verdadera identidad lo que al principio puede resultar hasta divertido, pero sabemos que eso no es duradero, y que si en verdad queremos que la gente nos acepte como somos, tarde o temprano, vamos a tener que mostrarnos tal cual somos, con nuestras bondades y nuestros defectos, porque sólo entonces será cuando realmente seamos nosotros mismos y hasta que seamos capaces de juntar en una sola persona nuestros dos personajes, el real y el virtual, no encontraremos la felicidad real en un mundo real.