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La soledad en tiempos de COVID-19

1 octubre, 2020

La soledad en tiempos de COVID-19

Según los expertos, los seres humanos tenemos dos necesidades fundamentales: la necesidad de ser únicos y la necesidad de pertenencia a una Comunidad. Por tanto, cuando alguna de estas dos necesidades se descompensa, se produce un desajuste emocional importante.

Este confinamiento, en el que estamos obligados a vivir, atenta directamente contra nuestra  necesidad de pertenecer a una Comunidad y esto, a la larga, sin duda nos pasará factura.

Mucho se ha escrito sobre cómo el sentimiento de Soledad, sobre todo la no deseada, se ha convertido en el primer factor de riesgo para la salud en sociedades occidentales, incluso por encima del de la obesidad.

No en vano, el Reino Unido creó, en 2018 durante el mandato de Theresa May, el “Ministerio de la Soledad” para lidiar con esta problemática que afectaba a más de 9 millones de personas en ese país (el 13,7% de su población total). Este Ministerio fue la cristalización de una idea acuñada por Jo Cox quien reconoció la magnitud de este problema en el Reino Unido y quien dedicó su vida, antes de ser asesinada, a hacer todo lo que pudo para ayudar a los afectados.

Y es que los datos son tajantes y concluyentes: la soledad se ha convertido en la enfermedad del siglo XXI pero no hay que malentender Soledad con el hecho de vivir, o estar solo, pues ésta puede ser una elección personal o simplemente una situación pasajera, y por tanto no tiene por qué ir acompañada de un sentimiento de soledad. De hecho, existen muchas personas que viven acompañadas y, sin embargo, se sienten desalmadamente solas.

Me pregunto cuánta gente estará ahora mismo conviviendo 24/7 con alguien de quien se sienten completamente ajenos, y que, incluso tras muchos años de matrimonio o convivencia, ni siquiera reconocen.

Pero también me pregunto que estará siendo de todas aquellas personas que se jactaban de ser “singles” para poder tener una aventura un día sí y otro también facilitada por las múltiples Apps de encuentros en donde se trataba a los humanos como un mero “mercado de carne”.

Es evidente que antes de COVID-19 vivíamos en tiempos de Individualismo, lo cual estaba abocándonos a un aislamiento social en donde se miraba mucho por la satisfacción personal a corto plazo y poco por las necesidades de nuestros seres queridos.

Puede ser que superado el tiempo de confinamiento durante el COVID-19, la soledad emocional, estando en compañía, o real pasándolo solo, haya puesto de manifiesto este individualismo mal enfocado y nos haga darnos cuenta de lo que realmente importa en esta vida: amar y ser amados.

Feliz tarde de confinamiento, un día menos para volver a «ser libres».

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