Eros y las otras 5 formas de Amor
Foto: Escultura de Antonio Canova, «Psique reanimada por el beso del Amor, Eros», (1757)
Hemos escogido nombrar este rinconcito de la bellísima Mallorca donde vivo con un nombre griego, Kairos,, y no es ninguna casualidad…
Los griegos tenían tal riqueza de vocabulario que, en contraposición a la palabro Cronos utilizada para el tiempo secuencial, también disponían de otra, Kairos, para evocar los instantes sublimes que escapan al reloj y en los cuales atisbamos destellos de eternidad.
Eran una cultura tan sofisticada que no sólo disponían de estas 2 palabras para el tiempo, sino también de 6 diferentes para referirse al Amor.
En el primer mundo de nuestro entorno actual, podemos escoger entre 20 apelativos para pedir un café en una conocida franquicia, eso si, pero para evocar el concepto de Amor, resulta solo disponemos de una única palabra ….
Os dejo que meditéis sobre ello , a la vez que comparto este legado etimológico. Las palabras son puro poder y espero barajar estos conceptos os ayude en vuestras andanzas amorosas … de toda índole …J
La primera Eros, es la que más familiar nos resulta a todos y, para muchos, la única que se nos viene a la mente.
Se cuenta que Eros, dios del Amor, fue concebido en el cumpleaños de Afrodita por Poros, dios de la abundancia, y Penia, diosa de la Pobreza lo cual explicaría que ambos aspectos estén siempre presentes en este tipo de relaciones. Representa la pasión sexual y el deseo, algo que a los griegos les parecía muy peligroso pues implica una pérdida de control.
La segunda forma de Amor era Philia, la Amistad, infinitamente más valorada que la atracción sexual propiciada por Eros.
Philia es el sentido de camaradería que se desarrolla entre los guerreros que luchan codo a codo, los que juzgas dignos de compartir tus emociones.
Personalmente siempre me ha parecido una de las formas más elevadas de amor que existen, y la vida me ha bendecido con unos seres a mi alrededor con quien he podido, y sigo pudiendo, vivirlo.
La tercera forma de Amor era Ludus, (de donde deriva el adjetivo lúdico) y se refería al tipo de afecto que se desarrolla entre los niños o los muy jóvenes amantes. Es lo que percibimos en las tempranas fases de una relación, el flirteo, o cuando salimos a “socializar”, ya sea para bailar o para tomarnos una copa . Ese tipo de energía que se desprende cuando estamos juguetones…;)
La cuarta forma de amor se denominaba Agape. Posiblemente la más “radical” de todas pues se refiere a un sentimiento que extendemos a todo ser, ya sea un familiar o un perfecto desconocido. Es el equivalente del concepto budista de amor y compasión universales.
No solo no está al alcance de cualquiera, sino que podemos afirmar que cada vez está menos presente en una sociedad que fomenta la competitividad salvaje, y justifica que “pisoteemos” a nuestro prójimo siempre que ello nos reporte algún beneficio económico.
La quinta es Pragma y si, habéis adivinado, de ahí deriva el vocablo pragmáticmo. Equivale a lo que en Inglés se denomina “grow in love”. Es el amor que saborean las parejas de largo recorrido, que han entendido solo funcionará su relación a base de paciencia, tolerancia y compromiso mutuo.
A la vista del numero de divorcios y separaciones en nuestra sociedad, seguramente vendría muy bien un poquito más de Pragma en nuestras relaciones.
He dejado la sexta , Philautia par el final pues me parece el más importante. Es el amor hacia uno mismo. No solo lo habían identificado con suma agudeza, sino que establecieron dos variantes: una, el puro narcisismo, delataba de un egoísmo absoluto así como un interés por la fama y todo tipo de reconocimientos sociales. La otra variante establecía que sentirse a gusto con uno mismo era la primicia sine qua non para poder realmente amar a los demás.
Éstas son, de manera muy escueta y resumida, las 6 distintas vibraciones que pueden emitirse/recibirse a través de la energía del Amor, según la antigua cultura griega.
Ahora que he compartido con vosotros este pequeño mapa de los sentimientos, os propongo el siguiente ejercicio : haz un repaso de tu vida y observa cual de estas variantes está presente o ausente. Muy posiblemente descubras que aunque no vivas la ardiente pasión de Eros, deificada en nuestra sociedad hasta el punto de inducirnos a creer que es la única forma de amor existente, posiblemente descubras que tu vida rebosa amor, pues en ella tienes una calidad muy elevada de algunas de estas variantes. O quizá observes lo contrario: una loca pasión amorosa a la par que una vida amorosa sumamente limitada.
No se trata de juzgarnos sino de tomar conciencia de nuestra realidad. A partir de ahí puedes escoger cultivar las facetas que te parezcan merecen ser amplificadas.
Me encantará dejes algún comentario si se te ocurre alguna otra forma de amor, o compartas cómo lo que acabas de leer se aplica a tu vida.
Hare Aum,
Autora invitada: Margaux Zerbato Cano (Yoguini Mango)
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