Amor y Redes Sociales… Anyone?

1 junio, 2019

Social Media Love Affairs

El amor es la base de la existencia, su esencia y su fin. Solamente por el amor conseguimos conocernos a nosotros mismos, así como comprender el mundo y la vida. Demostrar  amor a las personas queridas es una característica común de todas las sociedades, épocas y países. El amor perdurará a través de los siglos, nunca morirá, siempre existirá algo o alguien que despierte ese sentimiento tan profundo,  complejo, e inexplicable, que lo abarca todo. El amor es el valor y la emoción que más aparece en nuestras vidas. Ya sea el amor al trabajo, el amor a la marca, el amor a una idea,  y sobre todo, el amor a alguien. El amor emerge sin casi poder evitarlo.

Freud, en sus estudios Psicoanalíticos, visualiza al amor  como

“el pretexto sublime  y socialmente aceptado del deseo sexual”.

Erich Fromm, en cambio, considera al amor como

“un arte, una facultad  que surge del aprendizaje, que solo puede ser  maduro y gratificante  cuando es matizado por el cuidado, el respeto, la responsabilidad y  la capacidad para hablar de los sentimientos.”

A partir de la llegada de Internet se modificó la distancia entre el tiempo y el espacio. La carta que se enviaba al amor en la larga distancia, hoy llega en segundos por correo electrónico. Aquel amor que esperábamos conocer en el baile de graduación, hoy se puede encontrar en la red. Basta con inscribirse a alguna página de contactos o utilizar algún chat para que aparezcan  muchas personas, demasiadas diría yo, que podrían ser potenciales parejas.

Mientras tanto, en el mundo real, se observa un descenso del contacto interpersonal. Ya no se mantienen charlas con la gente que nos acompaña a diario en el autobús, ni con los vecinos con los que se comparten espacios comunes como la piscina y el gimnasio y; sin embargo, la gente se engancha más a los realities o a lo que dicen los extraños por Twitter. A esos presuntos avances algunos los llaman retroceso. Vivimos tiempos contradictorios. El consumo de bebidas en envase de plástico coincide con el auge de la ecología. La gente más estresada suele ser la misma que practica yoga y a los solteros eternos, una vez terminados los romances esporádicos, les suele sobrevenir un vacío existencial.

Aunque las redes sociales se crearon con el Objetivo de darse a conocer en un mundo cada vez más tecnológico, en mi opinión, llevan implícito otro propósito que es encontrar el amor. Estamos conectados todo el tiempo con un montón de individuos que, probablemente, no conozcamos nunca en persona, pero que ofrecen la ilusión de descubrir un amor que hemos imaginado una y mil veces. El enamoramiento en estos casos, sobra decirlo, goza de un influjo estético y más o menos ficticio. Nos convertimos un poco en quienes quisiéramos ser, confiriendo una imagen parcial de nosotros mismos que muchas  veces no se corresponde con la imagen que pueden tener los demás. Utilizamos las mismas herramientas de seducción – las palabras –  pero lo que ha cambiado son los canales, que aunque nos amplían los campos de búsqueda no dejan de acarrear riesgos y desilusiones.

Un usuario de Internet pasa más tiempo socializando en redes que cara a cara. Según el profesor de Comunicación y gran estudioso de Internet Rubén Vázquez

“El amor y las redes sociales no se llevan. Existen infinidad de estudios que demuestran que las redes sociales tienen una influencia negativa en las relaciones de pareja al provocar celos, inseguridad, acoso y sobretodo, muchas confusiones”.

Actualmente han surgido otras aplicaciones a través del teléfono, donde podemos seleccionar de nuestra red de contactos con quien nos gustaría mantener una relación o intentar un acercamiento con alguien  que nos ha impactado por la calle.  Ahora bien, son una espada de doble filo para una relación amorosa. Por una parte, al evitar el contacto cara a cara, puede ayudar a eliminar ciertas conductas como la timidez o el miedo al rechazo y facilitar el que personas desconocidas se conozcan. Sin embargo, un estudio publicado por el Journal of Compute Mediated Communication explica que el uso de las redes sociales, sean del tipo que sean, tiene una incidencia negativa en las relaciones amorosas.

Como contrapartida; desde hace unos años en Estados Unidos y más recientemente en Europa, han surgido empresas  de Matchmaking dedicadas a la búsqueda de pareja estable de forma más personalizada, como Alcanda Matchmaking, la primera en España de esta categoría. La base del concepto del Matchmaking es la búsqueda de pareja por afinidad psicológica, emocional, cultural o incluso de status social,  donde ofrecen mayores garantías a la hora de encontrar el amor que nos complementará. El éxito de estas empresas radica en su trato personal, privado y confidencial huyendo de los métodos de Internet. Buscan otros mecanismos como, intereses mutuos que forman parte de un proyecto de vida llegando a la etapa de calma, paz y seguridad que proporciona un amor maduro ya que las relaciones que nacen sólo por la atracción y la alucinación ciega del enamoramiento, y no sobre cimientos en las semejanzas, probablemente se trasformarán tarde o temprano en relaciones adictivas, poco gratificantes e incluso insanas.

De cualquier modo, por amor cualquier Rey perdería su trono, cualquier Caballero blandiría su espada y cualquier Dama no querría luchar sola en una Cruzada, en esto, los tiempos no han cambiado. Tanto hombres como mujeres, más allá de las aventuras y los romances por la que todos inevitablemente pasamos, tienen como aspiración terminar sus días con alguien especial. Con ese alma gemela que proporciona en nuestras vidas equilibrio porque al final, como bien dijo Blaise Pascal

“El corazón tiene razones, que la razón no entiende”.

¿Te gustaría encontrar pareja estable, pero no tienes tiempo para buscarla tú mismo?

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