10 verdades sobre el Amor
Vivimos en un mundo de relaciones líquidas, de usar y tirar, en el que pensamos que todo tiene que suceder en un instante. Ya no invertimos tiempo a conocer a las personas, lo que, inevitablemente nos lleva a saltar de una relación a otra. Y es que confundimos amor con lujuria. Pero el amor poco tiene que ver con la lujuria. La lujuria es el deseo sexual que experimentamos cuando conocemos a alguien que nace de la necesidad ancestral de procrear, en aras de mantener la especie humana.
Hablando el otro día con mi amiga, y experta coach, Silvia Quílez, llegamos a la conclusión de que muchas personas confunden el amor verdadero con la pasión, pensando en que éste debería ser una fuente constante de felicidad, en lugar de una relación equilibrada en la cual existe un intercambio de sentimientos y acciones para hallar un camino común.
Me trasladó 10 verdades sobre el amor que a muchos les pueden resultar extrañas, pero que se dan en la vida real y que hay que entender. A saber:
1- El amor no se origina en el corazón, si no en el cerebro.
Cuando amamos, un cóctel de neurotransmisores y hormonas invaden nuestro cerebro. Nos sentimos pletóricos, llenos de energía y todo parece posible. Estamos bajo la influencia de la droga más potente que existe: el amor. Segregamos las hormonas del amor (oxitocina, dopamina y serotonina) y caemos presos de sus influjos. El amor no es exclusivo de una relación de pareja. De hecho, la mayor inyección de oxitocina que podemos sentir en la vida se produce después de un parto natural. La madre se “enamora” de su bebe y esto garantiza los cuidados que el pequeño necesita para vivir.
Las hormonas del amor:
- Oxitocina:
Es la hormona de los vínculos emocionales, de los abrazos, los besos y las caricias. Aparece en gran cantidad en momentos de intimidad en los que se establecen relaciones de cariño y de protección.
- Dopamina:
Es la hormona del placer y del deseo. Vinculada al amor romántico, cuando aparece no necesitamos dormir, ni comer; sólo deseamos estar en brazos del ser amado. Nos proporciona sensación de euforia, energía y bienestar. Además, genera sentimientos de gozo y nos hace “adictos” a la persona amada.
- Serotonina:
Es la hormona de la felicidad. Actúa sobre las emociones y el estado de ánimo. Es la responsable del bienestar, genera optimismo, buen humor y sociabilidad. También es conocida por inhibir la ira y la agresión. Además del amor, otras actividades como exponerse a la luz del sol, recibir masajes y hacer ejercicio físico aumentan sus niveles.
2- Tener relaciones sexuales con regularidad une a las parejas.
La unión sexual es la experiencia más satisfactoria que el mundo físico nos puede ofrecer. Por unos instantes rozamos el cielo, pero a menos que asentemos la relación en el respeto, el cariño y la confianza plena, no podremos habitar en él. Después de un orgasmo se liberan las hormonas «del apego» como la oxitocina y la vasopresina. Según el experto en el tema de la Universidad de Edimburgo, Gareth Leng, estas hormonas producen una sensación de vinculación especial con la pareja sexual, potenciando la relación sentimental, aumentando el atractivo de la pareja y fortaleciendo vínculos que favorecen la monogamia.
3- El amor no es selectivo.
Al igual que la luz del sol nos calienta a todos, el amor no es exclusivo. La exclusión tiene que ver con el ego. En la sociedad occidental el amor se entiende hacia un objeto o persona determinada pero el verdadero amor es una cualidad del alma. Por eso cuando amamos lo hacemos a todo y a todos. Es cierto que hay personas que reflejan nuestro amor con mayor nitidez, pero este amor debe de estar ya en nuestro interior.
4- Para amar a los demás, primero debes amarte a ti mismo.
Sólo una persona que se ama a si misma puede amar a los demás ya que si tú no te valoras, ¿Qué valor tiene tu amor? ¿Qué le puedes aportar a los demás? Si tú te sientes necesario, importante y valioso, no necesitarás el reconocimiento de los demás y podrás dar amor por el simple placer de darlo. Tu amor está dentro de ti. En cambio, una persona que no se ama, buscará utilizar a otras personas para reafirmarse y satisfacer sus necesidades afectivas. No podrá amar a nadie en profundidad porque tampoco se ama a ella misma y nunca encontrará la felicidad.
5- La felicidad no está en una relación de pareja, está en ti.
Desde el principio de los tiempos, un hombre busca a una mujer y una mujer busca a un hombre. A nivel físico, somos la mitad de un todo y es natural querer encontrar a tu media naranja. Pero esa persona no puede hacerte feliz. Tú eres el único responsable de tu felicidad. Idolatramos la relación de pareja y, aunque hayamos tenido ya varios desengaños amorosos, seguimos deseando enamorarnos. Si no puedes sentirte a gusto cuando estás solo, buscarás una relación para remediar tu inquietud. Ten por seguro que esta inquietud reaparecerá en tu relación y probablemente culparás a tu pareja de ello. Por ello, sólo puedes buscar la felicidad en ti mismo.
6- Amar y querer no es lo mismo.
Amar es respetar a la otra persona en su totalidad, es darle alas para que sea lo que ella quiere ser, aun cuando su camino sea diferente al nuestro. En cambio, querer es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades. Es pretender que esa persona cubra nuestras carencias, lo cual no es amor sino un apego adictivo del ego. Para amar debo salir de mi mente y amar con mi alma.
En el libro “El principito”, Antoine de Saint-Exupéry lo explica con gran claridad:
“Querer significa tomar al otro como una pertenencia nuestra para llenar nuestras expectativas de cariño y afecto. En cambio, amar es desear lo mejor al otro. Es saber que ninguna razón cambiará lo que sientes, ni el tiempo, ni las dificultades o los propios tormentos podrán evitar el amor”.
7- El amor es un acto de voluntad y compromiso.
Amar requiere de la firme voluntad de querer hacerlo. Al igual que las necesidades de un niño van cambiando, también varían las de nuestra pareja. Para tener un compañero de vida, debemos crecer y evolucionar juntos. Hay que tener presente que lo que funcionó ayer puede no ser suficiente hoy, porque ya no somos los mismos que fuimos. Hay que estar atentos a las nuevas inquietudes de nuestra pareja si queremos recorrer el camino de nuestra vida juntos.
8- La infidelidad no tiene por qué implicar desamor.
En la sociedad occidental, el amor implica fidelidad, pero a lo largo de la historia y en diversas culturas esto no ha sido así. Lo cierto es que, no hay una respuesta universal. Una pareja es una relación exclusiva entre dos personas y corresponde únicamente a ellas determinar las bases por las que se va a regir su relación, por lo tanto, sólo ellas pueden determinar si la infidelidad está permitida o no. Hay que ser honesto y hablarlo entre los dos ya que si no hay consenso la otra persona puede sufrir y la pareja puede llegar a romperse.
Algunas curiosidades sobre la infidelidad:
- En los pueblos esquimales, el marido cede a su esposa a sus amigos como símbolo de hospitalidad. Esto favorece los vínculos de amistad y sólo se hace si la esposa está de acuerdo.
- La cultura kuikuru de la selva brasileña considera normal la libertad sexual, sólo es castigada si eso implica el descuido del hogar y otras obligaciones domésticas.
- En la Edad Media, el señor feudal se reservaba el derecho a desvirgar a la prometida de su asallo el día de su boda (el derecho de pernada).
- En muchas culturas europeas, hasta hace bien poco, que el marido tuviese escarceos o amantes era algo “normal” y no considerado adulterio, salvo que fuese la mujer quien actuase de esta manera.
- En algunas tradiciones la mujer infiel ha sido castigada duramente, incluso con la muerte.
9- Para tener una relación que funcione hay que saber perdonar.
No hay nada peor para una pareja que sacar a relucir la lista de agravios cada vez que hay una discusión. Perdonar nos ayuda a sanar y produce una maravillosa sensación de liberación. Puedes escribir esas ofensas que guardas en tu mente en un papel y quemarlas delante de tu pareja. Es un acto simbólico que demuestra que realmente quieres volver a empezar y dar a la relación un aire nuevo.
10- Respeta a tu pareja en profundidad.
El amor implica permitir que la otra persona sea lo que quiere ser, sin condicionarla ni manipularla. Hemos de escucharla con atención y respetar sus sueños y opiniones, aun cuando no coincidan con los nuestros. Si en tus relaciones sientes tanto “amor” como su opuesto (agresividad, celos, violencia emocional,…) es muy posible que estés confundiendo el amor con la posesión. Este es el caso de las relaciones amor/odio, que producen placer y sufrimiento. Entender que estas relaciones son y serán siempre disfuncionales es fundamental para poder romperlas ya que ninguna persona nos pertenece.
Seguro que, al leer estas 10 verdades sobre el amor, algo en tu interior te ha dicho que fallaste en alguna de ellas en tus relaciones pasadas. Pero nunca es tarde para aprender ni para enamorarse. Asi que, si en verdad deseas mantener una relación sana y duradera, ten en cuenta estas 10 verdades y comprobarás que el amor es mucho más sencillo de lo que pensamos, cuando las dos partes lo comprenden así.
ESCRITO POR ALCANDA MATCHMAKING PARA LEER Y COMPARTIR
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