¿Amor en TINDER?

Estamos a final de  finde y esta App gratuita de búsqueda de “Amor” TINDER echa humo. Parece ser que durante nuestras vacaciones y tiempo de ocio estamos demasiado ocupados para “buscar pareja” y preferimos dedicar nuestro valioso tiempo a estar con nuestros familiares y amigos en lugar de estar colgado todo el día al móvil intentando hacer un Match con alguien que nos ha resultado atractivo/a en una simple foto.

Pero cuando se acerca la rutina para aquellos que están singles – ya más del 45% de la sociedad española – nos recuerda que tras pasarlo  divinamente con los nuestros, seguimos estando eso, “Singles”, así que tiramos de lo más rápido y fácil que tenemos al alcance de nuestras manos, nunca mejor dicho, las Aplicaciones móviles para encontrar «Amor».

Pero la pregunta es, ¿en verdad se puede encontrar Amor en este tipo de Aplicaciones? Los dueños de TINDER proclaman que solo el 6% de sus usuarios busca una relación sexual pero, Sres. míos, perdónenme que discrepe, en base a mi experiencia y varios estudios de campo, más bien yo diría que el 6% de los usuarios busca realmente el Amor en este tipo de aplicaciones.

Tengo amigos, amigas, familiares, conocidos, etc. que lo utilizan, ¿y por qué no? Internet y las Aplicaciones móviles son ya la tercera forma de encontrar pareja, después de los Bares y las presentaciones a través de Amigos y además, sin lugar a dudas, es el método más sencillo y rápido para encontrar alguien dispuesto a “pasar un buen rato”, pero de ahí a que eso se convierta en una relación estable y duradera, aún no he conocido a nadie que lo haya logrado.

Y es que yo me pregunto, ¿cómo puede uno enamorarse simplemente con el movimiento del pulgar? Hacia la izquierda = NO me gusta, hacia la derecha = SÍ me gusta. Mis amigos me dicen que es sólo una manera fácil de acceder a gente que de otra forma no accederías y es cierto; Internet y el mundo virtual nos da acceso a una ventana al mundo enorme pero éste es precisamente el problema, es tan enorme que te confunde, te atrapa y al final no encuentras la salida sin haber experimentado cierto dolor y desengaño.

Personalmente creo que, tal y como comenté hace tiempo con Teresa Viejo en su artículo «Hazme click» en su Blog HAPPY AGING, el problema radica en que el objetivo de los hombres y las mujeres que utilizan estas aplicaciones es totalmente diferente. Mientras ellos lo hacen para conocer “muchas chicas” con las que pasar buenos ratos, las mujeres, aunque digan que su objetivo es el mismo, en el fondo no es así, lo intentan y sí, hacen lo mismo que ellos pero no sienten lo mismo cuando, pasados unos días o semanas, no vuelven a saber de ellos y si los vuelven a ver, como buenas espías que podemos llegar a ser, ven que, mientras se acuestan con ellas, ellos siguen en TINDER a lo que inevitablemente piensan, “pues será que yo no le basto.” y eso les duele, aunque se autoengañen negándolo y diciendo que ellas buscan lo mismo, divertirse.

Vivimos en un mundo de fast food sentimental en el que la rapidez y variedad para relacionarse con gente nueva predominan sobre los valores y el compromiso pero, desde mi experiencia profesional y personal, he visto que esto tiene fecha de caducidad porque, llegado el momento, a todos nos apetece asentarnos con alguien, formar una familia de dos, tres o seis miembros, y es entonces buscamos a alguien más afín a nosotros, a nuestros objetivos de vida y a nuestros valores y esto es algo que difícilmente se encuentra en el mundo virtual.